Danza de la lluvia

El chamán encendió el ordenador, conectó el microfono y le dio a empezar. Diez minutos y tres canciones después llovía como si no pudiese existir un mañana. El pueblo saltaba y bailaba mientras el chamán tenía sentimientos contradictorios. Por un lado había conseguido su objetivo. Por otro, estaba triste. Desde que habían llegado los videojuegos de cantar y bailar la danza de la lluvia ya no era lo mismo.

Notas - 1 nota

  1. Micaela dice:

    Gracias por dedicarme este relato tan estupendo. Me da ánimos para seguir cantando y cantando y cantando….

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