Danza de la lluvia
El chamán encendió el ordenador, conectó el microfono y le dio a empezar. Diez minutos y tres canciones después llovía como si no pudiese existir un mañana. El pueblo saltaba y bailaba mientras el chamán tenía sentimientos contradictorios. Por un lado había conseguido su objetivo. Por otro, estaba triste. Desde que habían llegado los videojuegos de cantar y bailar la danza de la lluvia ya no era lo mismo.
Notas - 1 nota
Gracias por dedicarme este relato tan estupendo. Me da ánimos para seguir cantando y cantando y cantando….