Luces y sombras
Era la oveja oscura de la familia. Todos los demás se dedicaban a arrojar luz sobre las sombras, mientras que a él le gustaba moldearlas y darles vida.
Un día un espectáculo de sombras chinas llegó a la ciudad y fue a verlo. Al llegar a casa contó lo que había visto y sentido. Su madre le miró a los ojos y, sonriendo, le dijo las palabras que él estaba esperando.
– Ve y aprende a hacer esa magia. Has nacido para esto.
Él hizo la maleta y se despidió de todos. Había encontrado su vocación.
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¡Os quiero!