El pozo de la creatividad
– Mi imaginación se ha ido – se lamentó sentado en el sofá, cogiéndose la cabeza, al borde del llanto -. El pozo de mi creatividad se ha secado. No me queda nada.
Su hija pequeña lo oyó y supo inmediatamente qué debía hacer. Cuando el padre miró por la ventana y la vio en el jardín, una sonrisa iluminó su cara. Su inspiración había vuelto cargada de regalos.
Texto: Pepe Fuertes (@pepefuertes)
Ilustración: Teresa Cebrián (@cebrianstudio)
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