Aprendiendo
Caperucita roja, Pulgarcito y los tres cerditos tomaban nota de todo lo que ocurría. Observaban atentos cómo una mujercita con gafas escribía extraños signos en una pizarra y con ellos explicaba la vida, el universo y todo lo demás.
Hansel y Gretel sonrieron. Escapar de su libro había sido una buena idea, pero llevar los libros de cuentos a las estanterías de la facultad de física había sido aun mejor.
Notas - 1 nota
Este relato no tiene precio. Gracias.