El investigador
Con mucho cuidado acabó de despegar la cinta adhesiva del papel, dejó caer polvo especial sobre el pegamento que quedaba y observó. Allí estaba. Una huella dactilar. Muy despacio la pegó en otro papel para que no se estropeara.
Aquella noche, mientras todos dormían, se coló en el despacho de su padre, encendió el ordenador y escaneó la huella. El aparato era antiguo y hacía un ruido atronador en medio del silencio nocturno, aunque nadie excepto ella pareció darse cuenta. Nadie se despertó. Cuando estuvo listo, introdujo la huella en el sistema y esperó una coincidencia. Tras unos minutos de tensión, la pantalla mostró un mensaje de alerta.
Una foto, un nombre y una dirección.
Ahora ya sabía a quién reclamar que la bicicleta fuese rosa en lugar de verde.
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This is the English version of this tale:
The investigator
She removed the tape from the paper carefully, poured the special dust over the remaining glue and observed. There it was. A fingerprint. She slowly pasted it in another paper to keep it safe.
That night, when everyone was asleep, she sneaked into her father’s office, turned on the computer and scanned the fingerprint. The hardware was old and it made a thunderous noise in the middle of the silent night, although no one seemed to notice it. No one woke up.
When it was ready, she entered the fingerprint in the system and waited for the outcome. After some minutes of tense wait, an alert message appeared on the screen.
A picture, a name and an address.
Now she knew to whom she should complain that the bicycle was pink instead of green.
Texto: Pepe Fuertes @pepefuertes
Ilustración: Teresa Cebrián @teresacebrian
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