Aprendiendo

Caperucita roja, Pulgarcito y los tres cerditos tomaban nota de todo lo que ocurría. Observaban atentos cómo una mujercita con gafas escribía extraños signos en una pizarra y con ellos explicaba la vida, el universo y todo lo demás.

Hansel y Gretel sonrieron. Escapar de su libro había sido una buena idea, pero llevar los libros de cuentos a las estanterías de la facultad de física había sido aun mejor.

Notas - 1 nota

  1. Micaela dice:

    Este relato no tiene precio. Gracias.

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